lunes, 31 de mayo de 2010

CARDENAL CISNEROS


Don Gonzalo Jiménez de Cisneros nació en la localidad madrileña de Torrelaguna el año 1436. Como muchos de los miembros de la clase hidalga, el joven Gonzalo inició carrera eclesiástica, cursando estudios en Roa para después trasladarse a Alcalá de Henares, una de las ciudades más importantes y vinculadas a su vida. Posteriormente se trasladó a Salamanca para estudiar teología y derecho, finalizando su carrera estudiantil en Roma, adonde marchó para perfeccionar en administración eclesiástica. Tras el fallecimiento de su padre regresa a España y consigue el arciprestazgo de Uceda, enfrentándose con el arzobispo de Toledo, lo que significó el encarcelamiento de don Gonzalo durante varios años. A pesar de su reclusión, Cisneros no renunció a su cargo, en el que fue mantenido por el cardenal Gónzalez de Mendoza.
En el año 1480 recibe la capellanía mayor de la catedral de Sigüenza, iniciando su prestigiosa carrera eclesiástica y política. Movido por la piedad, cuatro años más tarde decide ingresar en la Orden Franciscana, cambiando el nombre de Gonzalo por el de Francisco. El convento de Castañar será donde realice el noviciado para pasar más tarde al de La Salceda donde será elegido superior. Su escalada no finaliza ahí ya que en el año 1492 la reina Isabel le elige como confesor siguiendo los consejos del ahora arzobispo de Toledo, el cardenal González de Mendoza, primer protector de Cisneros. Dos años más tarde es elegido provincial de la Orden Franciscana para Castilla, convirtiéndose en el principal consejero de la reina católica. El fallecimiento del cardenal Mendoza le permitirá acceder al arzobispado de Toledo, uno de los puestos más importantes en la política española.
La ideología reformista de Cisneros le permitirá realizar una interesante labor pastoral en la provincia de Toledo, convocando varios sínodos diocesanos y recibiendo la orden del papa Alejandro VI de reformar los religiosos hispanos al ser nombrado visitador de los franciscanos (1496) y de las órdenes mendicantes (1499).

miércoles, 26 de mayo de 2010

LA PRINCESA ÉBOLI



la bellísima princesa de Eboli tenia un matrimonio con Ruy Gómez de Silva. Doña Ana pertenecía a una de las familias castellanas de más rancio abolengo: los Mendoza, excelentes baluartes de defensa de la Monarquía. Por eso sus padres, los condes de Mélito, no dudaron en dar el visto bueno al matrimonio con uno de los secretarios de mayor prestigio de Felipe II, a pesar de que la novia sólo contaba con doce años de edad. Bien es cierto que los compromisos de Ruy motivaron su presencia en Inglaterra por lo que los cinco primeros años de matrimonio, apenas estuvieron tres meses los casados juntos.
El papel de la joven y bella Ana en la corte madrileña empezó a subir como la espuma. El ser tuerta no restaba belleza a su rostro; su carácter altivo y su amor por el lujo se convirtieron en su mejor etiqueta de presentación, ejerciendo una gran influencia en la corte. A los 33 años queda viuda y se retira al convento carmelita de Pastrana, cuyo ducado era de su propiedad, pero hubo de abandonarlo al no cumplir las reglas de la orden. Tras su regreso a Madrid, se especula con el inicio de una estrecha relación con Antonio Pérez, creándose un poderoso grupo de presión que obtiene importantes beneficios gracias a las corruptelas que se tejen en la corte. Tras el asesinato de Juan de Escobedo en 1578, las pesquisas la acusan de ser una de las promotoras junto con su amante, por lo que fue procesada y condenada a la reclusión en el palacio de Pastrana donde pasó el resto de sus días. Algunos estudiosos han planteado que doña Ana fue amante de Felipe II y que el castigo que sufrió se debió más a los celos de ver como mantenía relaciones con Pérez que a su verdadera implicación en el asesinato de Escobedo.

martes, 25 de mayo de 2010

LAS LANZAS DE VELAZQUEZ

Fue relaizada por velazquez. Obra realizada para el Salón de Reinos del madrileño Palacio del Retiro, actualmente destruido; se fecharía antes del mes de abril de 1635 y representa un episodio de la Guerra de Flandes ocurrido el 5 de junio de 1625. Tras un año de sitio por parte de las tropas españolas, la ciudad holandesa de Breda cayó rendida, lo que provocó que su gobernador, Justino de Nassau, entregara las llaves de la ciudad al general vencedor, Ambrosio de Spínola. Pero Velázquez no representa una rendición normal sino que Spínola levanta al vencido para evitar una humillación del derrotado; así, el centro de la composición es la llave y los dos generales. Las tropas españolas aparecen a la derecha, tras el caballo, representadas como hombres experimentados, con sus picas ascendentes que consideradas lanzas por error dan título al cuadro. A la izquierda se sitúan los holandeses, hombres jóvenes e inexpertos, cuyo grupo cierra el otro caballo. Todas las figuras parecen auténticos retratos aunque no se ha podido identificar a ninguno de ellos, a excepción del posible autorretrato de Velázquez, que sería el último hombre de la derecha; al fondo aparecen las humaredas de la batalla y una vista en perspectiva de la zona de Breda. La composición está estructurada a través de dos rectángulos: uno para las figuras y otro para el paisaje. Los hombres se articulan a su vez a lo largo de un aspa en profundidad, cerrando dicho rectángulo con los caballos de los generales. La técnica pictórica que utiliza aquí el artista no es siempre la misma sino que se adapta a la calidad de los materiales que representa, pudiendo ser bien compacta, como en la capa de la figura de la izquierda, bien suelta, como en la banda y armadura de Spínola. Breda volvió para siempre a manos holandesas en 1639.

DUQUE DE LERMA

Fue el hombre más poderoso de España durante el reinado de Felipe III.
Fue paje de los hijos de Felipe II y caballerizo mayor del príncipe heredero quien, al ser proclamado rey, abandonó en él las riendas del poder a causa de su indolencia y de la confianza que Sandoval había sabido inspirarle. Ministro de Felipe III, en 1598 el Rey delegó en él el gobierno del Estado.
Era el de Lerma de escasas luces y cultura, ambicioso en extremo y carente de escrúpulos y a su vez estaba sometido a otros favoritos, el más famoso de los cuales fue Rodrigo Calderón.
Desde su cargo se dedicó a enriquecerse a expensas del erario público.
A la pureza y minuciosidad del tiempo de Felipe II sucedió el más espantoso desorden; vendió el valido los cargos públicos al mejor postor y el cohecho y los abusos se generalizaron. El traslado de la corte de Madrid a Valladolid y nuevamente a Madrid no obedeció sino a motivos de índole económica, beneficiosos para el privado y para el rey.
Su gestión dio rienda suelta a la corrupción generalizada.
Lerma fue el principal responsable de la desacertada política seguida en el interior y en el exterior que tanto contribuyó a la decadencia de España.
Sin embargo recibió apoyos por su política pacifista, favorecida por las circunstancias internacionales y el enorme costo de la política imperialista del anterior rey. La situación financiera del reino rozaba la bancarrota, mientras las riquezas del duque de Lerma y sus protegidos se multiplicaban. Se formó una fuerte oposición al valido, encabezada por la reina, Margarita de Austria, que logró la sustitución de este por su hijo, el duque de Uceda.

FELIPE III



Nacido en Madrid en 1578. Fruto del matrimonio habido entre Felipe y su cuarta esposa Ana de Austria. Hasta la muerte de su padre en 1598 estuvo al margen de los asuntos de gobierno y muy influido por Francisco Gómez de Sandoval, Marqués de Denia, que posteriormente se convertiría en Duque de Lerma. A los 20 años de edad sucedió en el trono a su padre, dejando el gobierno efectivo en manos de Francisco Gómez de Sandoval. A pesar de la juventud con la que accedió al trono, su reinado, que duró casi un cuarto de siglo, fue el más breve de todos los Austrias españoles. ya que Felipe III moriría en 1621 en Madrid, ciudad a la que había trasladado definitivamente su Corte en 1606. tras el breve periodo (1600-1606) en el que había fijado su residencia en Valladolid.